Las pérdidas son parte del camino.
Antes de la vejez, procuré vivir bien; en la vejez procuro un morir bien.
Lucio Anneo Séneca
El duelo se distingue por ser una reacción consecuente de la pérdida de una persona, objeto o evento significativo. Esta reacción afecta tanto en el campo psicológico, como en el físico y social, y puede variar la intensidad del duelo así como la duración, trayendo consigo en ocasiones, depresión y/o enfermedades.
Se tiende a pensar en el duelo sólo en el contexto de la muerte de un ser querido, pero también suele producirse como reacción ante la pérdida de una persona amada o de alguna abstracción que ha ocupado su lugar, como la patria, la libertad, la juventud, entre otros. En todo tipo de situaciones vitales existe un grado de aflicción y duelo; incluso, cambios tan corrientes como mudarse a otra casa o trasladarse a una nueva región pueden implicar la sensación de pesar por la pérdida.
Marceliano Hernández José de Jesús y Maya Huerta Nancy.
No toda muerte entraña un duelo; para ello es preciso que la persona objeto de la pérdida tenga importancia y significado para sí mismo. Lo esencial del duelo es el cariño (apego) y la pérdida.
Es importante saber que no se
dispone de un tiempo establecido para determinar cuándo se ha terminado un duelo,
más bien, debe considerarse que es necesario haber completado las etapas
características.
Por ello, es importante
considerar las tres fases del duelo, que son las siguientes:
·
El inicio o primera etapa, que se caracteriza
por un estado de choque más o menos intenso, la primera reacción es el rechazo
ante la pérdida que se caracteriza por un estado de defensa, esta etapa es de
corta duración.
·
La segunda etapa o central, se distingue por un
estado de depresión de mayor duración, ya que la imagen del desaparecido ocupa
completamente los pensamientos de la persona; conforme pasa el tiempo se
alternan momentos de recuerdo y de paulatina reorganización.
·
Por último, la etapa final, es el periodo de
restablecimiento en la que la persona se interesa por su futuro y es capaz de
asumir nuevos objetivos y deseos, así como poder expresarlos ya que se
experimenta un alivio y alejamiento de los recuerdos de la pérdida.
Además, un punto de referencia de
un duelo acabado es cuando la persona es capaz de pensar sin dolor en el
fallecido.
Hola mi nombre es Luis Felipe Castillo Cortés: Soy de Ciudad Victoria Tamps. Mexico. Es un honor estar aqui. Soy Psicologo Clinico y me gusta mucho este tipo de temas. Excelente blog Saludos a todos
ResponderEliminar¡Hola, Luis! Bienvenido al blog, agradecemos tu comentario. Como psicólogos, nunca debemos dejar de conocer e investigar, qué alegría que te interese éste tema y que te des tiempo para examinarlo. Esperamos que la información aquí expuesta haya sido de tu agrado y te haya servido. En los días siguientes estaremos añadiendo nueva información, ¡vuelve a visitarnos pronto!
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